Carta abierta a los estudiantes de Ciencias Sociales de la UBA

Como estudiantes de nuestra facultad conocemos los estragos de la etapa neoliberal en nuestra sociedad, desde la sangrienta dictadura militar, pasando por los decadentes noventas y con persistencia (debates al margen) hasta nuestros días. ¿Pero cuánto conocemos de su injerencia en nuestro propio ámbito de estudio? ¿Cuánto sabemos sobre la Ley de Educación Superior, por ejemplo? Estudiamos a los movimientos sociales, al sindicalismo, al movimiento piquetero, a los partidos políticos, ¿pero cuánto debatimos sobre el movimiento estudiantil?

Sabemos que el presupuesto es bajo. Experimentamos las precarias condiciones de cursada, conocemos personalmente a los ayudantes ad honorem. Pero sin embargo, hemos naturalizado estas condiciones. ¿No sería distinto que todas las carreras de la facultad se cursen en un mismo edificio? ¿No se enriquecerían nuestras visiones con una interdisciplinariedad si estudiantes de todas las carreras nos cruzáramos en pasillos, halles, bares y bibliotecas adecuadas?

Intentamos conocer, problematizar y criticar distintos aspectos de nuestra sociedad y el mundo, ¿pero lo hacemos seriamente con nuestra facultad, con nuestras carreras, con nuestras clases? ¿Qué estudiamos e investigamos, cómo, por qué, para qué y para quién? Estas son preguntas sobre las que podemos reflexionar individualmente, pero sobre las que sólo colectivamente podremos construir una respuesta alternativa.

Hay quienes piensan que las organizaciones militantes de nuestra facultad no realizan una política constructiva. Al margen de la generalización y prejuicio que esto conlleva y con todo de lo que pueda tener de cierto, esa visión lo ubica a uno como un individuo-consumidor pasivo a la espera de una oferta atractiva del mercado político.

Como cada año, septiembre es un mes de movilizaciones educativas en general y universitarias en particular (el 16 de septiembre es el aniversario de la Noche de los Lápices y el mes en que el Poder Ejecutivo suele enviar el proyecto de Presupuesto Nacional para el año siguiente al Congreso). Los estudiantes y docentes más movilizados buscan con marchas y otras medidas conseguir mayor presupuesto, aumentos salariales y obtención de salarios para quienes regalan su fuerza de trabajo. Pero tales medidas tienen un techo y sólo obtendrán los incrementos que le pelean a la inflación mientras haya desinterés desde la mayoría de la propia universidad.

Por otro lado, si mañana contáramos con un edificio en excelentes condiciones y buenos salarios para todos los docentes, ¿en qué cambiaría el contenido de las materias, la forma de las clases, el interés de estudiantes y profesores, el sentido de las investigaciones? Importa el lugar de la universidad y de nuestra facultad en la sociedad (y por tanto, en parte, de nosotros mismos), y acaso allí debiéramos empezar a buscar las razones del magro presupuesto.

La universidad no está “insertada” en la sociedad, es parte de la sociedad, la atraviesa en su conjunto. Si queremos interpretar nuestra sociedad, entonces no nos olvidemos de la universidad. Y de transformarla, claro.
Aprovechemos los espacios ya creados como las comisiones, las asambleas, las charlas, las marchas, los partidos, las organizaciones, el centro de estudiantes, pero también las clases, y, por qué no, armemos otros.

Convocamos a todos los estudiantes interesados en discutir estos (y otros) temas a un debate abierto, democrático, crítico y propositivo, el jueves 9 de octubre a las 20:30 en la sede de M. T. de Alvear (aula 405 como punto de encuentro).

Comisión de Movimiento estudiantil
Martes 18:00 en Ramos en la entrada de Franklin o en el bar La Barbarie.
informacion_y_difusion@gruposyahoo.com.ar